Confundiendo el humo y el vaho

Una caricia deslizándose por tu cintura, un beso con mi pulgar rozando tu mejilla, un recorrido suave de mi respiración fatigada a tu oído, y no hay quien pare esta bestia de dos espaldas.

El deslizar de la tela por tu espalda y el de mi lengua por tu torso... Deleitándome con cada poro. Disfrutando de cada centímetro de tu piel.
Mis labios queriendose llevar la carne de tu cuello ya en tensión..

La yema de mis dedos dibujando a línea de tu ropa interior, mientras tu cadera se mueve, buscándome... y tu mano buscando mi pecho tras el sujetador, pellizcando y torciendo a su antojo.

Dulce sabor a ti mientras mi lengua te recorre y saborea, mis y tus gemidos recorriendo la habitación, y tú, con solo rozarme, ya haces que mis zonas calientes se derritan por tus manos, por tu boca, por ti, por tu habilidad a la que me rindo.
Por mis placeres.

Y entonces, aún sin cansarnos, tus dos dedos se alzan al techo pidiendo un cigarro, mientras con tu otro brazo sujetas mi débil y frágil yo, desnuda, de cuerpo y alma.

Ahora, estoy sola en el andén, a la espera.
-3 grados marca el termómetro, y aqui estoy yo leyendo poesía, confundiendo el humo y el vaho, esperando al tren que nunca llega, huyendo de tu castillo de placeres, de caricias y donde los besos se quedan grabados en la piel.

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