Tirada como mi propia colilla.

​Y aquí estoy, temblando y escupiendo sangre por la boca, con el frio asfalto consumiendo mis ultimos gramos de calor corporal y contemplando como se consume a dos metros el cigarro que besaba mis labios hace dos segundos.
Nadie puede hacer nada, ya os dije que no moriría de cáncer, que seguiría cruzando en rojo y corriendocon tijeras en la mano, drogándome.
Y a mi derecha lo que me quitó lo unico que me quedaba, que era mío, mi vida.
Convulsión.
Ojos en blanco.
Calma.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Testamento emocional (Experimento, ya lo haré mejor en un futuro)

Be mighty

Subconsciente