Luces naranjas

Las luces naranjas se reflejaban en el vaho de tu boca. En los charcos del asfalto. Hacía frío. Temblabas.

- Ponte mi chaqueta pequeña, no quiero que cojas frío.

- No…

- ¿Qué pasa? ¿Tienes acaso miedo de que luego huela a ti cuando la lleve yo puesta? No tengas miedo de eso, para mí es un regalo. – Sonreí.

Tu cara se iluminó. Mientras te ponía la chaqueta solté el humo de mi boca, y parecía vaho. El humo calentaba mis pulmones y tú mi corazón.

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