Capítulo 0



Me miré los pies. Aquí volvía a estar, en la azotea con los pies colgado tras la cornisa. Exhalando el humo de mis pulmones.  Mis pies descalzos sentían en la piel el frío del viento de estar a siete pisos de altura.  
Cerré los ojos para oírte mejor.  Intentabas acercarte sin que me diera cuenta, pero era tarde y sonreí.  No oí tus pasos, oí tu corazón.
-          Tendrás que ir cambiando de lugar de reflexión. -Dijiste con una sonrisa en la cara mientras ponías tu temblorosa mano en mi hombro. – Este ya lo conozco.  Sé dónde encontrarte cuando te ocultas de mí.
-          Hay muchas maneras de ocultarse.- Dije alternando mi mirada entre tu rostro y mi mano humeante.
Si supieras como soy de verdad, nunca hubieras venido a buscarme. Saldrías corriendo.  Me quedo pensando todo esto mientas me hipnotizo con el bamboleo de mis pies colgando.  No he hecho nada para merecerte, nunca te merecí ni te merezco. Sonrío. ¿Cómo será mi otro yo para hacer que vengas tras de mi cada vez que huyo a mi madriguera?
-          ¡Oye! ¡Te estoy hablando! ¿Ya has vuelto a subirte a tu burbuja? –Asentí . –Pues ve bajando que tenemos que irnos.
Entonces cogí tu mano,  me besaste al final de la mandíbula y sonrojado y sonriente me puse las deportivas y bajé contigo.

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