Testamento emocional (Experimento, ya lo haré mejor en un futuro)

                En este momento quisiera exponer mi testamento de emociones, que dejo expreso que sea efectivo cuando haya muerto yo, no mi cuerpo, pues espero que alguien me recuerde tras ese momento. Este testamento es para mis más preciadas emociones.

Quiero dejarte a ti, admiración, lo más admirable que tengo, la gente con talento que me rodea, que me hace sentir el arte por cada poro de mi piel, que me emocionan a cada instante.

                Quiero dejarte a ti, alegría, las sonrisas que provoco, que si no te hicieran falta, no vendrían de más. Mis sonrisas más sinceras, las vuestras.

                Quiero dejarte a ti, amargura, mis tardes agarrada a los barrotes de mi cama, donde mi mente siempre estaba activa y nunca pensaba objetivamente lo que pasaba.

                Quiero dejarte a ti, amistad, los lazos que me unen a ciertas personas fundamentales en mi vida, que me hacen ser como soy, que son capaces de sacarme una sonrisa en los peores momentos y sufrir conmigo sea o no necesario.

                Quiero dejarte a ti, amor, todas mis experiencias fallidas, todas mis lágrimas ahogadas, todos mis besos marchitos. Quiero dejarte mi corazón parcheado, roto, dividido. Mi corazón donado. Quiero dejarte mil textos, Quiero dejarte mis recuerdos, que hacen que sea yo, y no otra en este momento, que me comporte como lo hago. Quiero que me cuides a quien más quise y a quien más me quiso, que siempre estuvieron apoyándome.

                Quiero dejarte a ti, arrepentimiento, mis lágrimas cuando la cabeza se sienta, cuando se da cuenta de los errores, aunque no lo terminen siendo. Todos los golpes a la pared y las ganas de volver atrás en el tiempo.

                Quiero dejarte a ti, celos, esos que despertaron hace poco, mis recuerdos de cuando no existías. Cuando la confianza era la base de mi vida, la base de todo.

                Quiero dejarte a ti, confianza, las miradas cómplices, las cogidas de mano, los abrazos más sentidos, los secretos más duros y las palabras más dolorosas. Quiero dejarte mi vida. Aunque me hiciste perder muchas cosas, por elegir mal.

                Quiero dejarte a ti, culpa, mi mano que siempre iba cogida de la tuya. Mi mente que siempre pensaba en ti, y mi manera ilógica de recordarte.

                Quiero dejarte a ti, dolor, cada vez que algo de mí se rompía, cada vez que me gritaban, cada vez que decepcionaba, cada vez que miraban con desprecio, cada vez que me abandonaban. Quiero dejarte mis nudillos pelados, mi piel rasgada, mi garganta irritada, mis ojos secos, mis latidos más sentidos. Quiero dejarte los recuerdos. Quiero dejarte los desprecios. Quiero dejarte mi alma henchida de dolor.

                Quiero dejarte a ti, esperanza, mis más anhelados sueños, mis metas más difíciles, el recuerdo de los sueños cumplidos, las experiencias ganadas, el brillo en los ojos, las sonrisas desafiantes, los desafíos aceptados. Los proyectos cumplidos y los inacabados. Dejarte mi futuro en tus manos.

                Quiero dejarte a ti, miedo, todas las cosas que no he hecho por mi culpa, los temblores que me has provocado siempre. Dejarte mi mente emborronada por tu paso, mis manos inseguras, mis ojos abiertos y el labio temblando. Quiero dejarte el dolor por desafiarte y el placer de vencerte.
                Quiero dejarte a ti, odio, el amor que es más sano aunque haga más daño. Dejarte mis gritos, dejarte mis enfados y mis borderías.

                Quiero dejarte a ti, orgullo, todo lo que me quité por tu culpa, cuando amarraste al corazón porque se dejaba llevar. Cuando no me dejabas ver y reconocer mis errores. Quiero dejarte un poco de rencor, por lo que me hiciste perder.

                Quiero dejarte a ti, tristeza, la mayor parte de mi vida, quiero regalarte la máscara que me prestabas. Quiero dejarte nuestros momentos a solas, quiero dejarte nuestras lágrimas, quiero dejarte nuestras sonrisas tristes, quiero dejarte lo que tú me diste.  Ahora yo, en agradecimiento, te regalo una sonrisa.

                Quiero dejaros a todos, un buen recuerdo, un buen sabor de boca. Quiero que sepáis que estos son mis sentimientos, que los comparto con vosotros, parte de mi testamento. Quiero que sonriáis si os veis en algún párrafo, y que si estáis ahí es porque os lo habéis ganado.

Firmado, Sarya.

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