Aquella maldita época...
Adoraba la época de nuestro primer beso en aquellos soportales fríos y ahumados de cigarrillos rubios de aquellos muchachos imberbes que jugaban a ser dioses en el patio de la escuela. Aquellas mañanas mojadas que nos hacían correr a un autobus lleno de gente para separarnos más tarde frente a las puertas de nuestras cárceles infantiles. Amaba esa época y volvería a vivirla una y mil veces, porque estabas tu para vivirla a mi lado aunque sintiese ese dolor que desgarra, que mata, para morir y revivirlo de nuevo una vez más.