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Mostrando entradas de noviembre, 2009

Aquel puente

El vértigo vuelve a jugarme una mala pasada. Estoy en aquel puente con esa desgraciada altura, aquel puente viejo de tablas tambaleantes, de cuerdas medio desgarradas, pero esta vez no estoy sola, tengo una compañera que no parece tener el mismo vértigo, mira al vacio y me sonrie mientras dice “estoy contigo” . Dos palabras que me devuelven el aliento y la esperanza, algo dificil de entender, porque se supone que es algo que ya se, pero no importa, solo importa que en ese momento cogí aire y di un paso al frente. La madera crujió bajo mi pie y asustada intenté retroceder, pero ella se había puesto en mi espalda, para que no me girase. Me lo volvió a decir esas dos palabras despacio al oido, “estoy contigo”. Entonces puse paso firme y cerre los ojos, aguantando crujidos bajo mis pies de esos viejos y carcomidos tablones de madera, sintiendo bajo mis dedos aferrados a las cuardas como éstas se tensaban y tensaban. El miedo recorría cada uno se mis capilares, pero en cuanto mi p

¿Quién no ha querido escribir un libro?

Me desperté sudorosa y sobresaltada en aquellas sábanas infantiles, que a estas alturas de la noche, tenía por los pies. Ese sueño se repetía cada noche, cada vez que cerraba los ojos, aquel callejón, oscuridad y aquel pitido, y después... nada más, solo el sudor, el pánico y unas sabanas infantiles, solo me calmaba una cosa, miraba por la ventana y veía la luz de las farolas tintillear en la oscura noche. Me levánte de mi vieja cama de forja hacia la cocina, el suelo estaba frío y me cubrí los pies. A un paso cuidado y silencioso me acerqué hasta la puerta para comprobar que mis padres seguían dormidos y sin encender luz alguna conseguí llegar hasta la cocina sin tropezarme con las infinitas filas de cajas que se apilaban en mi salón, cogí un vaso del estante y me lo llene de leche fría. Hacía demasiado frío, había demasiada oscuridad, demasiado silencio y mi cabeza creía estallar... cerré los ojos un solo instante y me salí a la terraza con mi bata a beberme mi vaso de leche con la