Aquel puente
El vértigo vuelve a jugarme una mala pasada. Estoy en aquel puente con esa desgraciada altura, aquel puente viejo de tablas tambaleantes, de cuerdas medio desgarradas, pero esta vez no estoy sola, tengo una compañera que no parece tener el mismo vértigo, mira al vacio y me sonrie mientras dice “estoy contigo” . Dos palabras que me devuelven el aliento y la esperanza, algo dificil de entender, porque se supone que es algo que ya se, pero no importa, solo importa que en ese momento cogí aire y di un paso al frente. La madera crujió bajo mi pie y asustada intenté retroceder, pero ella se había puesto en mi espalda, para que no me girase. Me lo volvió a decir esas dos palabras despacio al oido, “estoy contigo”. Entonces puse paso firme y cerre los ojos, aguantando crujidos bajo mis pies de esos viejos y carcomidos tablones de madera, sintiendo bajo mis dedos aferrados a las cuardas como éstas se tensaban y tensaban. El miedo recorría cada uno se mis capilares, pero en cuanto mi p